Investigan mejorar envases plásticos flexibles con nanotecnología para aumentar su reciclaje
Proyecto de la U. de Santiago busca cambiar las propiedades del polipropileno flexible, usado para envasar arroz, tallarines y galletas.
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El polipropileno flexible es uno de los plásticos más utilizados en los envases de alimentos, tales como arroz, tallarines, hamburguesas, galletas y snacks. Sin embargo, según cifras de la Asociación Gremial de Industriales del Plástico, tiene una tasa de reciclaje inferior a un 5%.
Esta fue la base de un estudio del Centro de Innovación en Envases y Embalajes de la Universidad de Santiago de Chile y de la plataforma de innovación Co-Inventa, realizado por el académico Eliezer Velásquez. La investigación se enmarca de un proyecto del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) y tiene como fin mejorar con nanotecnología las propiedades físico-mecánicas del polipropileno flexible.
“La idea nació a raíz de buscar alternativas para disminuir el impacto de la acumulación de desechos plásticos en el medio ambiente y en vertederos, enfocado en un tipo de polímero con tasas bajísimas de reciclaje, debido a que pesa muy poco y muy fácil de filtrarse en el medio ambiente”, explica Velásquez.
El investigador agrega que a pesar de que este material es reciclable, no existen canales de recolección estables y universales, y, a nivel domiciliario, “se tendría que hacer una recolección diferenciada de los envases para que se recicle adecuadamente este plástico, lo que resulta complejo en la práctica”.
El proyecto, que comenzó en 2022, finalizó la primera fase en que se logró mejorar las propiedades del material con el uso de aditivos para elevar su rigidez.
Ya iniciaron la segunda etapa, en la que buscan generar un prototipo para envases de alimentos, para lo cual establecieron colaboraciones con el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España y con la Universidad de Zaragoza.
Nuevos usos
Velásquez explica que en la tercera fase del proyecto, que parte en 2024, se realizará un piloto del producto final y se buscará expandir su uso a otras industrias para que sea aplicado a mayor escala, como bolsas para envolver ropa, juguetería y empaque terciario, para contener productos envasados en su interior.
El investigador dice que el estudio juega un rol clave en de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), ya que “puede marcar la diferencia en la categoría de envases y embalajes para lograr que un plástico complejo, pueda tener una salida dentro del proceso de reciclaje y adquirir un valor agregado”.